De los cañones a las estrellas (Relato 5)
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Mi novio, Koldo, era pintor. Solía plantar su caballete en el cañón del Rudrón, en lo alto de los roquedales. Mientras él pintaba amaneceres (me hacía madrugar muchísimo) yo me dedicaba a pasear y a veces bajaba hasta el río. Me fascinaban las libélulas y, a escondidas de Koldo, empecé a dibujarlas. Su elegante vuelo sobre las aguas del río cautivaba mi mirada y me evocaba miles de imágenes y pensamientos. Pero eso solo fue el principio. A las libélulas les siguieron las mariposas, y a éstas, los corzos del valle del Rudrón. Y poco a poco, el dibujo, su pasión, se fue convirtiendo también en la mía. Tanto, que quise aprender de él. Un día, decidí enseñarle mis dibujos y quedó gratamente sorprendido. Fue entonces cuando le pedí que me llevase a un sitio mágico para él. Y así fuimos a parar, él con sus lienzos y yo con mis hojas, a la entrada de una cueva que se abría en la pared de roca de uno de los desfiladeros.
El umbral de la cueva me sirvió de observatorio del sendero recorrido.
Arriba, las enriscadas rocas calcáreas, morada del buitre leonado, arañaban las nubes, que iban camino del mar de piedra, el páramo.
Koldo ¡qué bella es la flor del camino! Breve copa de agua consciente ella del hurto de una gota por una furtiva abeja. Entramos en la cueva, y poco a poco nos fuimos adentrando más y más, hasta que llegamos al corazón de la misma. Las siluetas que se formaban en las paredes rocosas tomaban una multitud de formas diferentes, pero todas ellas desprendían una belleza inmensa. Era una fantástica obra de arte tallada por la naturaleza. Lo dibujado por los seres que hace millones de años habían habitado esa cueva, era de una belleza y sensibilidad imaginable, la unón de la Naturaleza y la Humanidad, un binomio perfecto, que originó en Koldo y en mí, un momento mágico.
Nos miramos y sentimos la presencia de aquellas personas, que nos precedieron en este lugar, el cañón del Rudrón,
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- Situación de la acción: Parque natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.
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La acción del relato debe tener lugar en este parque natural situado en la provincia de Burgos.
